Entrevista a Emmanuel O. (joven autor de las pintadas de
la plaza Charlone, barrio Echesortu)
¿Qué fue lo primero que te motivó a empezar a pintar?
Siempre veía a mi
amigo el melli abajo del rayo del sol, todos los días con un grupo de pibes del
barrio (Ludueña) pintar dibujos re grosos. Se la pasaba pintando cosas de Pocho
(Lepratti), era como su viejo, era toda su familia y quedó re afectado cuando
lo mataron. Le pregunté que ganaba con pintar y me dijo: “es lo único que me
salva de matarme o matar a alguien; sino me descargo va a llegar el día en que
no me voy a poder levantar”. Me quedó grabada a morir la mirada cuando me lo
dijo.
¿Qué pensaste en ese momento? ¿Se te ocurrió intentarlo?
Al principio me
cagué de risa, me parecía cualquiera. Yo siempre solucioné todo a las piñas y
que me digan que un pincel y un par de colores me iban a calmar me pareció una
joda. Confieso que lo gastaba todo el tiempo”.
¿Qué fue lo que te hizo cambiar de idea?
“Un día estaba
tomando cerveza con los pibes y lo vi pintando solito, encima el flaco sacó una
calidad para dibujar de la nada. Lo invitábamos y ni nos escuchaba, seguía en
la suya. Yo dije este pibe está enloqueciendo. Para que no quede tirado le dije
que por qué no venía y
nos enseñaba a pintar algo en la Charlo y ahí empecé”.
¿Qué te acordás de ese día?
“Fuimos como a
las siete de la mañana, agarramos una pared y él empezó a dibujar unas letras.
Nosotros lo mirábamos nomás. Cuando había pasado la parte más difícil y había
que pintarlas nos quisimos prender todos. Me hizo acordar a cuando me drogaba,
pintamos un pedacito de pared y no queríamos parar, queríamos pintar la ciudad
entera”.
¿Cómo lo tomaron los vecinos?
“Eso sí que no
fue gracioso. Una vecina llamó a la cana, dijo que estábamos haciendo actos de
vandalismo (risas), era la primera vez que no estábamos haciendo nada malo.
Después salió un vecino y nos preguntó si hacíamos eso en nuestras casas, ahí
flasheé, tengo una relación de mierda con mis viejos y pensé qué distinto sería
todo si hiciera esto en mi casa cada vez que puteo o hago una puerta giratoria
de cómo la cierro. Ojo, después de un par de horas los vecinos se coparon, nos
trajeron gaseosas y hasta nos prestaron una radio. Me acuerdo que una señora se
acercó y me dijo que era una lástima el talento que veníamos desperdiciando
siendo delincuentes, todos se ofrecieron a ayudarnos si nos poníamos las pilas.
El fin de semana siguiente nos regalaron pinturas y de a poco fuimos dejando la
reunión en la mesa de la placita con porro y alcohol por las pintadas, se nos
pasaba el día sin consumir y ni nos dábamos cuenta”.
¿O sea que podrías afirmar que el pintar les cambió la
vida para bien?
“De una... veo
las fotos del pibe que era antes y no lo reconozco. Ojo, hay una banda de
personas que no me creen ni ahí, que dicen que me mando la parte, pero es
lógico y no me importa, yo tampoco le creía al melli. Algunos van al psicólogo
y se curan, nosotros pintamos, obvio que no fue de un día para el otro y que
todavía queda una banda por cambiar”.
Perdón que insista… ¿me podes explicar más gráficamente
cuáles son los cambios que lograste?
“Te los resumo,
vos me conociste antes…siempre andaba metido en quilombos, andaba en cualquiera
tirado por ahí cuando en mi casa no me faltaba nada, es más, me sobraba. Todas
las noches con una piba distinta, y pensando que eso de formar una familia no
era para mí. Ahora laburo, me casé hace seis meses con la única persona de la
que me enamoré y tengo a mi guerrerito de tres meses, lo único que no cambié es
mi amor por la KD. Hasta la relación con los pibes cambió, antes la plaza era
el lugar para el quilombo. La previa de los clásicos los vecinos no podían
salir de sus casas, volaba todo. Ahora nos pintamos la mesa mitad de la KD y
mitad de ellos (risas), eso fue re fuerte”.
Para cerrar, ¿tenés pensado transmitirle a tu hijo esta
forma de expresarse?
“Mirá, desde
antes que nazca pienso una banda en eso. Que le voy a dar los pinceles de
pendejo para que experimente eso porque se siente de diez, ni hablar; pero
también sé que me voy a poner las pilas como nunca para escucharlo como a mí no
me escucharon, si pinta que sea porque le gusta y no para tapar huecos de su
vida”.
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